sábado, 13 de enero de 2007

025

 
Tenemos el campo: la naturaleza plena (sus prados, 
sus colinas, sus árboles) constituye una especie de vacío 
humano del que no se sabe qué podría surgir; sin 
embargo la imagen se inquieta, nacen objetos anticipadores 
de humanidad: se trazan surcos sobre el suelo, se entierran 
estacas, se cavan agujeros; un corte nos muestra bajo la 
naturaleza desierta una poderosa red de vetas y corredores: 
ha nacido una mina. Es como un símbolo: el hombre 
enciclopédico mina la naturaleza entera de signos humanos; 
en el paisaje enciclopédico no se está nunca solo, en lo más 
crudo de los elementos hay siempre un producto fraternal 
del hombre: el objeto es la firma que pone el hombre 
sobre el mundo.

 

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