Tenemos el campo: la naturaleza plena (sus prados, sus colinas, sus árboles) constituye una especie de vacío humano del que no se sabe qué podría surgir; sin embargo la imagen se inquieta, nacen objetos anticipadores de humanidad: se trazan surcos sobre el suelo, se entierran estacas, se cavan agujeros; un corte nos muestra bajo la naturaleza desierta una poderosa red de vetas y corredores: ha nacido una mina. Es como un símbolo: el hombre enciclopédico mina la naturaleza entera de signos humanos; en el paisaje enciclopédico no se está nunca solo, en lo más crudo de los elementos hay siempre un producto fraternal del hombre: el objeto es la firma que pone el hombre sobre el mundo.
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sábado, 13 de enero de 2007
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