La palabra "inteligencia" puede designar una facultad de intelección o una complicidad; por lo general, el contexto obliga a escoger uno de los dos sentidos y a olvidar el otro. Cada vez que se encuentra una de esas palabras dobles, por el contrario, conserva a la palabra sus dos sentidos, como si uno de ellos le guiñara el ojo al otro y que el sentido de la palabra estuviese en ese guiño, que hace que una misma palabra, en una misma frase, quiera decir al mismo tiempo dos diferentes, y que se goce semánticamente de la una por la otra. Es por esto que a estas palabras se las llama en varias ocasiones "preciosamente ambiguas": no por esencia léxica (pues cualquier palabra del léxico tiene varios sentidos), sino porque gracias a una especie de suerte, de buena disposición, no de la lengua sino del discurso, puedo actualizar su anfibología, decir "inteligencia" y simular que me estoy refiriendo principalmente al sentido intelectivo, pero dando a entender el sentido de "complicidad".
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jueves, 22 de febrero de 2007
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