jueves, 18 de enero de 2007

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Este realismo (en el sentido escolástico del término) que quiere que los nombres sean el reflejo de las ideas, ha tomado en Proust una forma radical, pero es dable preguntarse si no está presente más o menos conscientemente en todo acto de escritura y si es verdaderamente posible ser escritor sin creer de alguna manera en la relación natural de los nombres y las esencias.

 

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